Se nos acabó la generación post revolucionaria de 1910 en la familia.
Si, se fueron seres queridos y amados; pero el ejemplo que dejan es la voluntad de seguir adelante sin impotar las adversidades.
Fueron tiempos difcíles los que vivieron, y así (con sus recursos y herramientas), salieron adelante.
Conocieron los trenes impulsados por vapor y después viajaron en el METRO movido por electricidad.
Disfrutaron de música transmitida por un radio de bulbos y se sorprendieron al escuchar la música de su generación en un iPOD con la capacidad de guardar más de mil canciones.
El almacenaje de fotografías lo hacían en álbumes de papel o cartón y se sorprendieron al saber que en una targeta de memoria digital (casi del tamaño de un timbre postal), se pudieran guardar imágenes y videos.
Comunicarse con personas de otras partes del mundo era algo poco común y solo por teléfono o correo tenían esa posibilidad. Saber que se puede escribir en tiempo real a través de internet de un país a otro no fue tan fácil de explicar.
En fin, su vida cotidiana estuvo llena de singulares evoluciones y revoluciones. Su capacidad de asombro, creo, estuvo a prueva constantemente. Esperaremos vivir las que nos corresponde.