Yo te doy mi corazón.
Te saludo mi bandera.
Con respeto y con amor.
Es el saludo de un niño.
Que siempre ha de ver en ti.
Algo grande y respetado.
Bandera de mi país.
discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es, nadie lo es. Les dijeron pandilleros a mis hijos asesinados. Es mentira. Uno estaba en la prepa y el otro en la universidad y no tenían tiempo para andar en la calle. Lo que quiero es justicia. Póngase en mi lugar, a ver qué siente".(http://www.jornada.unam.mx/2010/02/12/index.php?section=politica&article=005n1pol)