23 enero 2009

El riesgo de no hacer nada ...

... es que puede que te acostumbres a hacerlo. A veces, colabora en ello la instrucción de “dejar” u "olvidar" tu creatividad, iniciativa o entusiasmo. En pocas palabras, dejar afuera el cerebro, pues lo que suceda está fuera de toda capacidad de cuestionamiento lógico y razonable.


El chiste quizás esté en no dejarse abatir por el desánimo y la parsimonia de cómo suceden o van llevándose las cosas. El espíritu y la esencia humana es lo último que se debe dejar abatir, encarcelar, aniquilar.

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