Foto tomada de LA JORNADA, viernes 12 de febrero 2010
Luz María Dávila, quien perdió a sus hijos Marcos y José Luis Piña en la matanza de 15 jóvenes en una fiesta el 31 de enero, caminó hacia el presidium que encabezaba Felipe Calderón, acompañado de su esposa Margarita Zavala, lo encaró y le dijo:
discúlpeme, señor Presidente. Yo no le puedo decir bienvenido, porque para mí no lo es, nadie lo es. Les dijeron pandilleros a mis hijos asesinados. Es mentira. Uno estaba en la prepa y el otro en la universidad y no tenían tiempo para andar en la calle. Lo que quiero es justicia. Póngase en mi lugar, a ver qué siente".(http://www.jornada.unam.mx/2010/02/12/index.php?section=politica&article=005n1pol)
Una raya más al tigre del hartazgo social.
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