Mucha fue la espera. Al principio, para que se publicara la convocatoria y realizar la inscripción; luego, recibir el comunicado de aceptación; después, esperar el día para la foto y ahora para recibir una de las tres que se tomaron en el Zócalo Capitalino en el mes de mayo.
Envuelta en una bolsa de plástico transparente, tal vez la copia de la fotografía no diga mucho o signifique poco. Cada quien sus percepciones. Pero la emoción de tratar de encontrarte en el lugar que elegiste, ubicarte en el cuadro de 1x1 mts., de la Plancha del Zócalo, donde alma y cuerpo desnudos fueron acomodados, limpios de cualquier textura ajena a la piel que significara una distinción del tipo que quieras, rebasa cualquier expectativa y emoción.
Lo que nos envuelve no es lo que importa, tal y como sucedió después de aquella instrucción de "a la de tres se quitan la ropa" y con la envoltura en la que recibiste tu foto. Lo que importa es el contenido, lo de adentro.
Costó trabajo identificarme. Ahí estoy. Pero al rededor, compartí este espacio y este momento junto con todos los que damos de qué hablar y qué escribir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario